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DF Tax | Certeza tributaria y el nuevo gobierno

Andrés Ossandón, socio de Arteaga & Gorziglia.

Por: Andrés Ossandón | Publicado: Jueves 9 de diciembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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Andrés Ossandón

Últimamente, nos hemos acostumbrado a que los programas de gobierno de candidatos presidenciales impulsen una batería de cambios profundos en materia tributaria, y que surgen, muchas veces, como respuesta al clamor de la calle sin atender a los aspectos técnicos involucrados y sus efectos económicos.

En términos de contexto, desde 1990 a 2014, el sistema impositivo chileno fue objeto de tres reformas o cambios importantes; sin embargo, desde el año 2014 a la fecha, han tenido lugar cinco reformas adicionales. Estos últimos cambios a las reglas tributarias producidos con la llegada de cada nuevo gobierno han afectado, sin lugar a dudas, la certeza tributaria y con ello la inversión.

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En este sentido, la reciente elección no ha sido diferente. Nunca antes en Chile se presenta tanta diversidad de posturas y propuestas tributarias, probadas de un espectro de posiciones políticas e ideológicas, situación que hoy, ya trascurrida la primera vuelta de las elecciones presidenciales, solo se confirma.

Hasta ahora, los debates y aclaraciones de cada uno de los candidatos no parecen ayudar, añadiendo incertidumbre en un contexto económico y fiscal que se vislumbra desafiante, cualquiera sea el candidato que asuma la Presidencia en marzo próximo. Lo anterior ciertamente tiene al electorado contrariado.

Ahora bien, más allá del detalle de cada programa tributario, sobre el cual cada candidato debe profundizar y moderar de cara a las próximas elecciones del 19 de diciembre, ambos aspirantes a la Presidencia también deberán velar por construir y mantener un ambiente en sintonía con el desarrollo y crecimiento de la economía. Lo anterior constituye en definitiva el punto de partida de cualquier política tributaria exitosa. Aunque suene obvio decirlo, sin crecimiento no hay ingresos, sin ingresos no se produce la anhelada recaudación fiscal, y sin recaudación fiscal no es posible sostener los gastos asumidos.

Muchos asumen erróneamente que los ingresos sobre los cuales se recaudan los impuestos se generarán de manera permanente, olvidando que lo único que tiende a ser permanente en el tiempo es el gasto fiscal. Es por esto que resulta clave, por una parte, que los candidatos en competencia otorguen la tan necesaria certeza o seguridad jurídica tributaria sentando las bases para una discusión fiscal que vuelva a considerar los fundamentos técnicos, la experiencia práctica y el conocimiento del mercado y de las industrias, y que, con los incentivos correctos, propenda a la generación de ingresos. Asimismo, se deben dejar de lado los elementos políticos e ideológicos que traducidos en reformas tributarias no han hecho sino erosionar el principio de seguridad jurídica que debe entregarse a potenciales inversionistas, grandes y pequeños, chilenos y extranjeros.

En este sentido, los candidatos deberán incorporar en sus programas elementos que concilien la promoción, capacidad de crecimiento y competitividad con una carga tributaria razonable según el nivel de ingreso y tamaño de las empresas, asegurando de una vez por todas una discusión tributaria técnica y transversal , que de manera definitiva instale un sistema tributario simple, justo y confiable, que otorgue seguridad jurídica tributaria en el mediano y largo plazo.

Solo así se aportará para que Chile vuelva a la senda de crecimiento desde el cual se ha descarriado en los últimos años, en parte, como consecuencia de sucesivas reformas y contra reformas tributarias, y se fomente en definitiva la generación de ingresos que permitan sostener y empujar eficientemente el gasto fiscal.

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